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Semana accidentada

La vida cambia continuamente. Por si se me olvida, ella misma me lo recuerda de vez en cuando.

Esta semana, después de haber salido de una pequeña sobrecarga, se anticipaba como una de las que más motivan: dura y trabajosa, los primeros entrenos dobles y mucha intensidad en las sesiones.

Sin embargo, en menos de 1 segundo ocurren todo tipo de cosas: se da la vuelta a la tortilla, cae la tostada por el lado untado o te caes de la bicicleta por arriesgar estando el suelo mojado. Así fue, en un parpadeo, me arrastré por el suelo acabando de pie de nuevo. Una vida menos.

Pudo ser peor, pero no salí ileso. Todo mi lado derecho se quedó bien calentito: tobillo, tibia, rodilla, cadera y muñeca. Al llegar a casa, directo al hielo. Tuve que reenfocar el entrenamiento centrándome en recuperar.

Celebré mis 7 años de practicante de Wushu el 25 y conseguí recuperarme para ir a entrenar con algunos de los compañeros de selección. ¡Qué gran sensación! Me vuelvo lleno de energía y alguna que otra corrección. Motivado a trabajar muy fuerte las 3 próximas semanas.


Es la recta final, tengo que entrenar intenso y con calidad, os contaré cómo va todo día a día: cuáles son los planes, cuáles las claves, cómo evoluciono semana a semana.

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Despedida de Lugo

La casa que me dio de comer y vio crecer

Todavía no hemos arrancado y llevamos un mes de entrenamiento encima. Esta semana se ha ido notando la carga de los días tanto por mi parte como por la maquinaria del gimnasio.

La anécdota de la semana la he tenido realizando series de potencia aeróbica en cinta, a 19km/h durante 2 minutos. Estaba ya en la 4ª serie, cuando la máquina «explotó» y se clavó en el sitio. Por suerte no ocurrió nada más allá de eso. Fue cuestión de la correa, que se rompió por el desgaste y la intensidad. Nada más allá. El cabreo que se agarró mi querida Leny (monitora del gimnasio), por jugarme la vida, sí que fue de campeonato. No por que la haya roto, sino con los del servicio de mantenimiento. Eres un solete Leny.

Tras este break en el entreno, la semana transcurrió dentro de lo normal: muchos ejercicios básicos, resistencia de base, prevención y trabajo compensatorio.En este primer ciclo, de 5 semanas de duración, lo más importante es coger el hábito de entrenar para enfrentarse con garantías a los dos meses más duros e intensos. Una progresión de 5 semanas de carga media me asegura una preparación óptima para las intensidades que están por llegar.

Como quería coger fuerzas para el achuchón final de la semana que viene, tocó visita a la Granxa Garabullos, un lugar ideal para descansar con sus increibles habitantes y un entorno privilegiado, sin duda, para recomendar a todo el mundo. Las sensaciones de la naturaleza en esta parte de la Terra Chá consiguen relajar esas tensiones que se van acumulando con las semanas. Y qué mejor que el contacto más «salvaje» con las yeguas, ocas, cabritas y animales con nombre propio como Fiona y el burro Sistayo.