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Mi mejor Minutoveinte

¿Cuántas veces has intentado algo y no lo has conseguido? Sabes que el secreto, además de hacer las cosas bien, es perseverar. Algo sencillo de decir, pero difícil de soportar. Hay que estar ahí. Tanto los buenos como los malos días. Todos cuentan, y esta vez todos han sumado.

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El objetivo este año estaba muy caro, 4 oros. El resultado se quedó cerca: 1 oro, 2 platas y un bronce.

Pero precisamente, ese bronce de 9.29  es el que mayor satisfacción me ha aportado. Parecía que era algo que ya venía anunciando. En Rumanía, en Oporto, en Oleiros… y finalmente ocurrió en el nacional.

Desde el primer salto hasta el último fui creciendo con los ánimos del público y los compañeros. Ningún salto fallado, velocidad, cambios de ritmo… tenía todo mi wushu expresado en cada movimiento. Lo disfruté tanto que sigo sonriendo al recordarlo. En el segundo que lo terminé y levanté la cabeza encontré a todos mis compañeros compartiendo la felicidad de haber hecho mi mejor minutoveinte.

¿Dónde se encuentra el límite? Siempre en el siguiente.

D.A.N. ser reconocido en el Mundo del Entrenamiento

1956909_10202902047499523_2091900340_oPocas veces, quizás, se hayan juntado tantas sensaciones y antiguas aspiraciones como este año.

¿Quién no ha soñado con ser olímpico? ¿Con llegar al máximo? ¿Cuántas veces te has planteado si todo esto merecía la pena? Dolores propios de la profesion cada mañana, ardores propios de la fe en el deporte.

No he sido tan creyente en mi vida como en el esfuerzo por cada minutoveinte.

Me he pasado horas en las clases de la universidad soñando despierto sobre un futuro y me di cuenta que lo único que tenía que hacer era saber a dónde quería llegar y ponerme a trabajar.

No hay que olvidar que la suerte acompaña si la trabajas y no puedo dejar de estar eternamente agradecido a todas esas personas que en algún momento han creído en mi pequeña locura, me han acompañado y enseñado cosas que no vienen en los libros, me han dado su cariño y apoyo para que no cejara en el empeño de luchar por un minutoveinte perfecto.

Todas estas emociones son fruto del reconocimiento por partida doble, como Deportista de Alto Nivel por el Consejo Superior de Deportes y ser entrevistado por la web del año en deportes Mundo Entrenamiento.

No hay palabras… tan sólo PURA EMOCIÓN.

Análisis Temporada Wushu 2013

Algo ha pasado esta temporada 2012-2013. De eso no hay duda.

Buscar la respuesta fuera no es la solución, si no el primer error ¿Qué le ha ocurrido a M20?

  1. Ciclo no terminado: Después de una preparación muy fuerte para el Mundial Universitario que no finaliza compitiendo sobre el tapiz, creó un pico de rendimiento desaprovechado. La solución:  tratar de realizarlo igualmente a través de algún tipo de exhibición o evento en el que sacar de dentro todos mis recursos y ver si realmente lo entrenado estaba disponible a la hora de la verdad.
  2. Nuevo nandu: Para evitar la monotonía de otro año de entrenamiento en solitario con una estructura de rutina igual, decidí no asumir mis limitaciones e ir más allá. Contraté a mi socio Martín de ATP Entrenamiento Personal, para que me «torturara» en sesiones de estiramiento muy intensas con las que alcanzar la deseada apertura. Ello me permitió meter más dificultad a las formas que me volvían a emocionar. A su vez, dejé de frenar el giro en una vuelta. Quise ir más allá, buscando los 720 para 2014, dejándolos en 540 pasados que en entrenamiento logré hacer de forma estable.
  3. Falta de concentración: Desde que preparé el universitario no fui capaz de volver a estar en ese estado de máxima exigencia. Estar AQUÍ y AHORA en cada movimiento del entrenamiento. Tuve la esperanza de centrarme en la competición viendo cómo habían mejorado mis rivales y de nada valió. Hay que arreglarse por dentro antes de salir a dejarte el alma en el tapiz. Como resultado hubo errores básicos y sin duda mi peor año en competición.

No hay que lamentarse ni tratar de «volver a mi nivel». Todo eso es limitarse. No sé dónde estará esa nueva cota de rendimiento. Tampoco me preocupa encontarla. Lo único que sé, es que pagaré todo el «precio» por mis objetivos con un 10 en motivación, concentración y dominio técnico.