La temporada pasada tuve un problema con mi tobillo derecho que me hizo conocerme más a mi mismo. No fue una lesión tal y como solemos pensar en ellas. En este caso se trató de un mal golpeo jugando un día de relax con mis amigos del equipo universitario Cremas FS. Curiosamente, todas las dolencias que he tenido han venido siempre por otros deportes, lo cual habla del grado de especialización al que, tras años, uno acaba sometido.
Un deportista y, más aún, un deportista-entrenador debe conocer todos los factores que pueden influir en en el rendimiento de su atleta. Debe tener en cuenta aquello que ya le pasó para evitarlo o minimizarlo. A veces una roca en el camino puede hacernos tomar impulso y saltarla. Pero otras veces nos obliga a reenfocar aquello que veíamos haciendo para encontrar otro camino. El reenfoque constante de todo buen plan, para llegar a su destino.
Desde noviembre de 2011 arrastro esta «herida» por un mal posicionamiento de los huesos del pie. Gracias a esta «lesión» he incrementado el equipo de especialistas con los que trabajo para solventar problemas e incrementar mi rendimiento.
En las próximas semanas os iré presentando a todos y cada uno de esos profesionales que, sin duda, hacen posibles muchos de los sueños de la vida de todo deportista. Por descargar a tiempo una musculatura llevada al límite, por mejorar la forma en la que caminas y corres por la vida y el tapiz, por escucharte y comprender que tus sueños se pueden hacer realidad si suman un poco de su energía a tu proyecto.
Por todos ellos, ¡gracias!
No os impacientéis, los iréis conociendo.