«¡Qué afortunado este deportista! ¡Con un fisio para él, todos los días, 24h!» – pensaréis vosotros.
La verdad, no os lo voy a rebatir. Pero si os dijera… ¡vosotros también lo podéis tener!
Os los voy a presentar: Don Foam Roller y Doña Bola de Baseball.
¿Estás de coña?
¡En absoluto!
Cada mañana, cuando me levanto, son los primeros en darme sus cuidados para activarme y, a las noches, aguantan hasta última hora para descargarme tanto como necesite.
La base de su trabajo está en estimular diferentes «puntos gatillo» activos en los músculos, por la sobrecarga diaria, para conseguir relajarlos a través de esa estimulación. Ligeramente dolorosa, aviso.
El foam roller está mu bien para activar zonas grandes o descargar de forma general grandes músculos.
La bola consigue centrar más el efecto en un punto concreto y es una delicia para sóleos y piramidal. Zonas de las que más sufro.
Buenos, bonitos y bastante baratos.
No son un fisio, ojalá lo fuesen. Pero con suficiente maña, ideas y experiencia con ellos, consigues evitar que las sobrecargas se conviertan en contracturas mucho mayores y así facilitar el trabajo al verdadero profesional cuando toca visitarlo o buenamente consigues sus servicios.
Éstos tan sólo son algunos de los gadgets que me ayudan a entrenar y recuperar mucho más fácil.